FUENTE INAGOTABLE DE LUZ

FUENTE INAGOTABLE DE LUZ
¡ILUMÍNANOS!

Sagrados Corazones Unidos del AMOR SANTO

Sagrados Corazones Unidos del AMOR SANTO
Sagrados Corazones de Jesús y María, unidos en el amor perfecto,

jueves, 28 de octubre de 2010

ORACIÓN

                                         ABRE MIS OIDOS

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmymBS7XL5sR7tO5UfWBM13gBnNKd7TAD9q8zMrMnMpt8PBzNLhhs_c6zt58xUL2YDTMErmmDXN_9JZqM3BE83F0Q4bdwiC0Qmj87svcAxa2FbeFFGYpbw1XbeFvcJR9svQH5UaLkQGmY/s1600-h/1.jpgSeñor Jesús: Abre mis oídos para escuchar tu cálida voz
en cada sonido que percibo.
Abre mis ojos para observar tu bella luz que se refleja en todo lo creado.
Abre mi olfato para sentir tu fragancia exquisita y pura en cada ser humano.
Abre mi boca para saborear tu infinita bondad
en todo lo que acontece en este día.
Abre mis manos para palpar tu presencia en cada persona que se acerca.
Abre mi corazón para amarte en todo y todos obra perfecta de tu creación.
Abre mi voluntad para que la inundes con la tuya
y así servirte plenamente por siempre.

                                           Padre Tomas Del Valle-Reyes

lunes, 25 de octubre de 2010

Sobre la Oración

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES
CATÓN
http://www.am.com.mx/, 22 Octubre 2010

 
Conozco algunos cuentecillos sobre el tema de la oración. Por ejemplo, el de los náufragos que flotaban en una balsa tras largos días en el mar. “¡Señor! -clama uno, desesperado-. ¡Si nos salvas te prometemos dejar de fumar, dejar de beber, dejar de jugar a las cartas, dejar de...!”. El otro lo interrumpe: “Ya no prometas más. La playa está a la vista”. O el del automovilista que se dirigía a una importante reunión. Iba con retraso, y no hallaba estacionamiento. “¡Dios mío! -elevó con angustia una oración-. ¡Si me haces el milagro de encontrarme un sitio dónde estacionar el coche te prometo una limosna de 2 mil pesos para los pobres!”. En eso, milagrosamente, un automóvil dejó un espacio justo frente a la puerta del edificio a donde se dirigía el sujeto. “No te molestes más, Diosito -dice el tipo-. Ya encontré lugar”.
Recordemos también al alpinista que resbaló al trepar a la alta cumbre, y quedó agarrado precariamente a unas hierbas sobre el abismo de mil metros de profundidad. “¿Hay alguien allá arriba?” -preguntó con tembloroso voz. Una majestuosa voz le respondió: “Estoy yo, hijo mío: tu padre Dios. Ten confianza en mí. Suelta esas hierbas. Te tomaré en mis brazos para que no caigas, y te elevaré por el aire hasta dejarte sano y salvo en la cima del monte”. Tras una pausa vuelve a decir el alpinista: “¿Hay alguien allá arriba?”. (Escribió Robert Frost: “Perdona, Señor, las inocentes bromas que hago sobre ti, y yo perdonaré la pesada broma que me hiciste a mí”).
Hay quienes dicen, con razón, que la religión debe estar en el corazón, no en las rodillas. Y un proverbio popular enseña que ante un perro bravo es bueno tener un padrenuestro en los labios, pero es mejor tener una piedra en cada mano. Sin embargo yo creo firmemente en el poder de la oración. Pienso que alguien escucha nuestras oraciones. (Billy Graham, predicador famoso, afirmaba que el único lugar donde Dios no oía sus oraciones era el campo de golf).
Cuando rezamos, algunas veces la respuesta es sí. Otras es no. Y las más de las veces es: “Échale ganas tú, hijo mío”. Aquel que reza con verdadera fe no hace abandono de su voluntad para poner toda la responsabilidad en Dios. Le pide con humildad que no lo deje solo en el trance que afronta, que lo acompañe en el dolor, en la esperanza. Y es que no rezamos para que Dios nos oiga, sino para oírlo a Él. (Kierkegaard dijo: “La oración no cambia a Dios, pero puede cambiarnos a nosotros”). Las oraciones deben ser un complemento de nuestros esfuerzos, no un sustituto.
Don Abundio, que es hombre de fe, pero realista, dice a propósito del cultivo de su tierrita en el Potrero de Ábrego: “Vale más cagarruta de chiva que bendición de obispo”. Con eso quiere decir que es mejor abonar el campo, trabajarlo, que esperar que la cosecha llegue como por milagro.
Debemos entonces orar como si todo dependiera de Dios, y trabajar como si todo dependiera de nosotros. Por estos días se está rezando una bellísima oración en Monterrey, ciudad sobre la cual se ha abatido con particular intensidad el mal de la violencia.
Dice así esa conmovedora plegaria:
“Señor Jesús, tú eres nuestra paz.
Mira nuestra patria dañada por la violencia y
dispersa por el miedo y la inseguridad.
Consuela el dolor de quienes sufren.
Da acierto a las decisiones de quienes gobiernan.
Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos
y provocan sufrimiento y muerte.
Dales el don de la conversión.
Protege a las familias, a nuestros niños, adolescentes
y jóvenes, a nuestros pueblos y comunidades.
Que como discípulos misioneros tuyos,
ciudadanos responsables,
sepamos ser promotores de justicia y de paz,
para que en ti nuestro pueblo tenga vida digna.
Amén”...
Todos deberíamos decir esta hermosa oración. Todos deberíamos poner en práctica lo que propone...

miércoles, 13 de octubre de 2010

ORACIÓN DE SANACIÓN

ORACION DE SANACION.
Consejo del Padre Robert DeGrandis: 
Tómalo con calma: La oración puede parecer algo abrumadora y puede sensibilizar algunas áreas dolorosas. Tómalo con calma. Relájate y recuerda que Jesús es el arqueólogo. Tu no tienes que cavar. El Espíritu Santo sacará a la superficie lo que esté preparado para ser sanado” 
*  *  * 
NACIDO PARA SER LIBRE: Señor Jesús, gracias por tu presencia hoy. Sé que me amas y que me estás llamando por mi nombre. Viniste a liberar a los cautivos. Gracias por Tu amor y Tu piedad que me liberan constantemente de vínculos y me llenan de Tu vida abundante. Yo te alabo, te bendigo y te adoro. 
Me pongo bajo tu protección, Señor, y me cubro con Tu Preciosa Sangre y pido a los Ángeles, a los santos y a Tu Madre Bendita que intercedan por mí. 
Él te libra del lazo del cazador que busca destruirte; te cubre con sus alas y será su plumaje tu refugio” (Sal. 91, 3 – 4)
 
AUNQUE TU ME HAYAS HERIDO: Señor, me sumerjo en un perdón profundo para limpiarme de cualquier raíz de amargura o resentimiento. Centro mi oración ahora sobre l persona que más me ha fastidiado en la última semana. Perdono a esa persona desde lo más profundo de mi corazón y bendigo a esa persona. Absuelvo de toda culpabilidad a cada persona que me haya herido en el último mes. Jesús, porque te  amo, perdono a esas personas: “Aunque me hayan herido, yo no los voy a herir. Los entrego a Jesús, los perdono, los acepto y los amo tal y como son”. Por un acto de voluntad, perdono a todos aquellos que me han herido desde el principio de este año. Jesús, bendícelos. 
Arranquen de raíz entre ustedes los disgustos, los arrebatos, el enojo, los gritos y toda clase de maldad. Por el contrario, muéstrense buenos y comprensivos unos con otros, perdonándose mutuamente, como Dios los perdonó en Cristo.” (Ef 4, 31 – 32) 
POR EL QUE MÁS ME HA HERIDO: Señor, ahora te ruego por la persona que más daño me ha hecho en la v ida, la que es como el origen de todo mi dolor. Elevo esta persona a Ti, para que reciba Tu bendición. 
Sopórtense y perdónense unos a otros, si uno tiene motivo de queja contra otro”. (Col 3, 13) 
YO ME PERDONO:  Señor Jesús, te pido la gracia de perdonarme de verdad por mi mayor pecado, por la mayor falta de fe en mi relación contigo. Me perdono por eso, Señor. Tú me has perdonado y ahora recibo de Ti la gracia de perdonarme de verdad. 
Que la paz de Cristo reine en sus corazones” (Co 3, 15) 
SEÑOR, TE PIDO PERDÓN POR ELLOS: Señor, me pongo en Tu presencia y te pido por todos aquellos que llevan mi sangre, que no están perfectamente unidos a Ti.  Señor, te pido perdón por sus culpas. Me uno a la oración de Daniel cuando intercede por su pueblo y digo: “¡Señor, Dios grande y temible, que aguardas la alianza y el amor a los que te aman y observan tus mandamientos. Nosotros hemos pecado, hemos sido injustos y rebeldes y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus leyes” (Dn 9, 4 – 5). “... porque nos hemos sublevado contra Yahvé. De Él esperamos solamente el perdón y la misericordia” (vs.  8 – 8). “Ahora, pues, oh Dios nuestro, escucha la plegaria y las súplicas de tu siervo, y, por amor de ti mismo, haz brillar Tu Rostro sobre tu santuario devastado. Dios mío, inclina tus oídos y escucha. Abre tus ojos y mira cómo está arruinada la ciudad sobre la cual ha sido pronunciado tu Nombre. No nos apoyamos en nuestras buenas obras, sino que derramamos nuestras súplicas ante ti, confiados en tu gran misericordia. Señor, escucha; Señor, perdona; Señor, atiende. Obra, Dios mío, no tardes más, por amor de Ti mismo, ya que tu Nombre ha sido invocado sobre tu ciudad y tu pueblo”. (vs. 17 – 19) 
Sean constantes en la Oración...” (Col 4, 2) 
JESÚS ES SEÑOR:  Señor, ante ti, confieso que mis antepasados han podido estar mezclados en ocultismo, espiritismo, brujería y toda forma de buscar información en fuentes ocultas. Señor, perdona. En nombre de Jesús y con el poder del Espíritu Santo, tomo y uso la autoridad que Tu me has conferido como cristiano lleno del Espíritu. Rompo el poder del mal sobre mis antepasados con esa autoridad; acabo con todas las maldiciones, brujerías, hechizos, malos deseos, vudú, magia negra, secretos hereditarios, conocidos y desconocidos. Deshago todos los votos satánicos, pactos, ataduras y vínculos con fuerzas satánicas, corto la transmisión de esos vínculos a través de mis antepasados. Rompo los efectos de todos los vínculos mentales que haya habido con clarividentes, astrólogos, mediums, videntes ocultos y adivinos. Renuncio a cualquier participación en sesiones de adivinación y cualquier actividad con las cartas del tarot o tabla ouija, astrología y juegos ocultos de todo tipo. Renuncio a todas las formas en que Satanás me puede tener cogido. Rompo con las transmisión de todas las obras satánicas que hayan pasado a través de las generaciones. Señor, por favor, remueve de mis antepasados todos los efectos que hayan podido provocar el estar involucrados en lo oculto. Recupero cualquier territorio que haya sido entregado a Satanás por mis antepasados, y lo coloco bajo el poder de Jesucristo. Señor, por favor, c rea en mi familia hombres y mujeres sanos que estén profundamente comprometidos con Tu verdad. 
Por eso Dios lo engrandeció y le concedió el Nombre que está sobre tono nombre, para que, ante el Nombre de Jesús, todos se arrodillen en los cielos, en la tierra y entre los muertos. Y toda lengua proclame que Cristo Jesús es El Señor, para gloria de Dios Padre”. (Fil. 2, 9 – 11) 
TOCA, CURA Y HAZNOS NUEVOS: Ahora ruego para que las aguas de mi Bautismo fluyan a través de todas las generaciones pasadas, a través de mi árbol genealógico. Deja que fluya la Sangre de Jesús, que limpia y da vida, a través de cada generación; primera, segunda, tercera, cuarta, quinta, etc., hasta los primeros tiempos. Deja que la Sangre de Jesús fluya desde la Cruz a través de todos los padres y sus hijos hasta la duodécima generación, tocando y sanando      íntegramente. Ahora coloco la Cruz de Jesucristo entre mi persona y cada generación de mis antepasados, y rompo la transferencia de todas las fuerzas opresoras de la vida que obran contra mí, en mí o a través de mí. 
... porque ésta es Mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que es derramada por una muchedumbre para el perdón de sus pecados” (Mt. 26, 28) 
INTEGRIDAD EN EL MATRIMONIO: En nombre de Jesucristo rompo todos los patrones de profunda infelicidad matrimonial de mi árbol genealógico. 
Digo “NO” a toda supresión de la esposa y a todas las expresiones de falta de amor en el matrimonio. Paro todo odio, deseo de muerte, cualquier deseo o intenciones malas en las relaciones matrimoniales. Acabo con toda transmisión de violencia, venganza, rencor, todo comportamiento negativo, toda infidelidad y decepción. Pongo fin a toda transmisión codificada que impide relaciones duraderas. Renuncio a esquemas de tensión familiar, de divorcio y falta de sensibilidad, en el nombre de Jesús; acabo con todos los esquemas que estén profundamente arraigados en ese sentirse atrapado en un matrimonio infeliz y todos los sentimientos de vacío y fracaso. Padre, perdona  a mis familiares por todas las formas en que han deshonrado el Sacramento del Matrimonio. Por favor, haz que en toda mi familia haya muchos matrimonios bien avenidos, llenos de amor, fe, fidelidad y cariño. 
No apagarán el amor ni lo ahogarán océanos ni ríos” (Cant. 8, 7) 
SANANDO NIÑOS HERIDOS: Señor, ahora disuelvo todos los esquemas que hirieron a los niños en mi linaje. Voy contra todas las formas hirientes, los abortos, embarazos (interrumpidos) perdidos, embarazos no deseados, bebés que no hayan sido bienvenidos y nacimientos concebidos fuera del matrimonio. Renuncio a todas las formas de no valorar la vida; rechazo todos los hábitos de destrucción, abandono y secuestro, emocional y físico de niños. Digo “no más” a todos los tipos de partos difíciles o problemáticos y de gestaciones anormales. Señor, te pido perdón por todas las formas en que mis antepasados han ocasionado daño a los niños. Te pido, Señor Jesús, que intervengas personalmente, para sanar las heridas y detengas la continuidad de este modelo satánico. Padre, haz que la gente de mi linaje respete y ame a sus hijos y que les eduquen de forma que te honren. Haz que los futuros hijos de mi familia sepan lo que es ser amados profundamente. 
Dejen a esos niños y no les impidan que vengan a mí porque el Reino de los Cielos es de los que se asemejan a los niños” (Mt. 19, 14) 
SANACIÓN SEXUAL: De nuevo me pongo ante Ti, Señor, por los pecados de mis antepasados. Ahora pongo fin a todos los caminos profundamente surcados de pecado sexual. Digo “NO” a todas las tendencias de exhibición indecente, violación, fornicación, masturbación, acoso sexual, incesto y perversión. Renuncio a toda bestialidad, masoquismo, sadismo, ninfomanía, lujuria y prostitución en mi familia. Pongo fin a toda agresión sexual, desórdenes de mi personalidad, traumas sexuales y desviación en el comportamiento. Ordeno a cada demonio que esté enganchado en estos esquemas que se marche ahora, en nombre de Jesús. Tomo la espada del Espíritu Santo para romper esta cadena de vínculos malignos. Padre, perdona y trae salud sexual e integridad donde había enfermedad. Padre, deja que todo mi linaje tenga una sexualidad sana. Deja que cada expresión sexual sea pura y agradable a ti, Señor. Te bendigo, te adoro y te alabo. Gracias por ver Tu Luz, Tu integridad y Tu bendición a través de toda esta área de mi genealogía. 
La voluntad de Dios es que se hagan santos... que cada uno sepa buscarse una esposa con santidad y respeto” (1 Tes. 4, 3 – 4) 
SALUD MENTAL: Con el poder de la Sangre de Jesús rompo todos los esquemas de enfermedad mental y locura que puedan estar codificados en mi sistema ancestral. Rompo todo comportamiento anormal, antisocial, paranoias, esquizofrenias, patrones pasivos o agresivos, desórdenes de la personalidad y tics nerviosos. Rompo toda la inflexibilidad, perfeccionismo (obsesivo), patrones de comportamiento  maniaco – depresivo y rarezas. Interrumpo toda herida y represión de la masculinidad; llevo a fin todas las formas generacionales de opresión y daño al espíritu femenino. Sello los caminos escondidos de autodestrucción que haya habido en mi historia familiar. Señor, llena estas áreas con  tu perdón y paz. Padre, imprime en mi linaje la salud mental y la integridad. Haz que cada uno tenga la mente en Cristo. Haz que broten esquemas de mente clara, equilibrio emocional y relaciones sanas. Acaba con todos los modelos profundamente oscuros de pesadez emocional y espiritual, incapacidad de jugar, de divertirse y de expresar alegría. Te pido, Jesús, que entre en mi linaje un espíritu risueño y alegre. Gracias, Señor Jesús. 
... transfórmense por la renovación de su mente” (Ro. 12, 2) 
AMOR SIN TEMOR: Ahora acabo con todas las clases de miedo en mi árbol genealógico. Tomo autoridad sobre todo miedo de rechazo y miedo al fracaso. Digo “NO” a todos los miedos al agua, a los hombres, a las alturas, a los éxitos o a los fracasos, al gentío, a las mujeres, a Dios, a la muerte, a salir del hogar, a lugares cerrados, a espacios abiertos, a hablar públicamente, a viajar en avión y al dolor. Señor, deja que mi familia en todas las generaciones, sepa que no hay temor en el amor. Deja que tu amor perfecto llene toda mi historia familiar y que todo recuerdo de temor  desaparezca. Te alabo, te bendigo, Señor. 
En el amor no hay temor. El amor perfecto echa fuera el temor” (1 Jn. 4, 18) 
SANANDO HÁBITOS INCORREGIBLES: Tomo la espada del Espíritu Santo y corto los efectos de hábitos incorregibles. Pongo fin a todas las formas de adicción al juego, a comprar, a hablar, a la bebida, a la comida y al abuso de fármacos. Rompo todos los moldes de acumular y derrochar recursos y talentos. Me opongo a la mezquindad y al robo. Padre, perdona y libera a mi familia de los vínculos de todos los hábitos incorregibles por Tu piedad, gracia y generosidad. 
...Me han enviado... para sanar los corazones heridos, para anunciar a los desterrados su liberación y a los presos su vuelta a la luz”  (Is. 6, 1 – 1) 
SANANDO TODAS LAS ENFERMEDADES: Ordeno a todas las clases de enfermedades de mi código genético que dejen de existir. Tomo la espada del Espíritu Santo y corto todos los vínculos de cualquier clase de enfermedad: enfermedades del corazón, enfermedades de la sangre, de los riñones, hígado, páncreas, cáncer y problemas digestivos; enfermedades relacionadas con la comida (anorexia, bulimia, obesidad, peso muy bajo), úlceras y tendencias a formar tumores. Me opongo a todos los tipos de enfermedades de la mujer, problemas menstruales, hormonales, infertilidad y frigidez sexual. Rompo el vínculo de todos los problemas sexuales masculinos, impotencia, problemas de próstata y enfermedades transmitidas. También rompo las deformidades físicas, problemas de oído, inmunodeficiencias, enfermedades raras, ojos delicados, mala dentadura, pies planos. Me opongo a todo tipo de migraña, convulsiones, retraso mental, problemas pulmonares y respiratorios, alergias, artritis, reumatismo, enfermedades de la piel o de los huesos. Renuncio a toda clase de traumas físicos que hayan llegado a mí a través de las generaciones. Corto esa conexión. Extirpo la raíz, causa de todas las enfermedades físicas y debilidades inexplicables. Señor, libérame de los efectos de esos caminos de enfermedad grabados en mis antepasados. Pon fin a su propagación. Padre, perdona  a aquellos en mi familia que han elegido la enfermedad para evitar la vida; por las formas con que han afrontado las necesidades de manera insana. Haz que un nuevo modelo de “elegir la vida” fluya como río a través de mi genealogía. Te alabo, Señor. 
...Y todos los que lo tocaban quedaban sanados” (Mc. 6, 53) 
DEL CRIMEN A CRISTO: Me enfrento ahora al Maligno por todo el daño hecho por estafadores, explotadores, torturadores, chantajistas y extorsionistas en mi árbol genealógico. Cierro la puerta al daño hecho por toda clase de criminales. Toda corrupción y brutalidad que haya existido  a través de mi linaje, tiene que cesar ahora, en el nombre de Jesús.  Corto todas las ligaduras de venganza, comportamiento violento y explosivo y todo perjuicio causado con malicia. 
... deseamos actuar bien en todo” (Heb. 12, 18)
AMOR, NO ODIOS: Con el poder del Espíritu Santo pongo fin a todas las respuestas profundamente enraizadas en el odio; odio a otros, odio a uno mismo, odio a Dios, odio racial y fanatismo religioso. Padre, perdona. Haz que mi árbol genealógico esté poblado por hombres y mujeres llenos de amor. Haz que de ellos brote la vida sana y sean donantes de vida y sanadores. 
Mi Mandamiento es éste: Ámense unos a otros como Yo los he amado” (Jn. 15, 12) 
UNA MUERTE SUAVE Y DULCE:   Ahora intercedo por todas aquellas personas en mi familia que hayan muerto en temprana edad, que no hayan sido amadas, que no hayan tenido funerales adecuados u oraciones, y que no hayan tenido un entierro lleno de amor cristiano.  También oro por todos aquellos que han tenido muertes terribles, con largas agonías; muertes violentas, envenenados, baleados, muertos por fuego, por explosiones o apuñalados, ahorcados, ahogados, en acciones de guerra o matados por animales. Pongo ante ti, Señor, a todos mis antepasados que murieron de forma inexplicable y misteriosa, por accidentes o por suicidio. Haz que la transmisión de tendencias a muertes horribles y fuera de lo normal, cesen ahora. Señor, haz que tu amor que sana, que es misericordioso y que perdona, los toque con ternura. Tú, Señor, haz que desde ahora solo tengan una muerte dulce y suave. Haz que experimenten un tránsito cristiano de la vida a la muerte. Padre, has que nadie en mi familia muera hoy sin conocer personalmente a Nuestro Señor Jesucristo. 
El que vive por la fe en Mí, no morirá para siempre” (Jn. 11, 26) 
SEÑOR, HAZNOS UNA FAMILIA UNIDA: Ahora pongo fin a todo tipo de ruptura en mi genealogía. Rompo con autoridad todos los caminos de separación de la familia y de la Religión; pongo una barrera a aquellos, niños, jóvenes, adultos y padres, que intentan abandonar el hogar; me opongo a todos los que se escapan para casarse, o se escapan a la legión (grupos armados, bandas, asociaciones ilegales, etc.) o para unirse a sectas religiosas. Disuelvo todas las raíces de aislamiento, de huidas y fugas. Padre, rodea mi árbol genealógico con Tu corazón que perdona y ama. Codifica en mi familia un modelo de participación en una comunidad sana. Haz que todos estén unidos. Permite que seamos gente abierta y capaz de relacionarnos de forma entrañable. 
¡Qué bueno y agradable cuando viven juntos los hermanos!” (Sal. 133, 1) 
JUSTICIA Y MISERICORDIA: Ahora me opongo a todos los esquemas de injusticia en mis antepasados. Sello todos los canales genéticos de depravación, esclavitud, encarcelamiento injusto, represión de cualquier tipo, pobreza, estrechez económica y crimen, con la Sangre de Jesús. Me opongo a todas las clases de injusticia social y política. Renuncio a todos los tipos de rechazo social. Corto todos los vínculos de brutalidad y de rechazo a la gente. Estoy en contra de todo tipo de marginación, gente sin hogar y desamparados. M e opongo a toda clase de sufrimiento por condiciones abrumadoras, climas duros e inviernos crudos. Rompo todos los patrones de hambre y abandono, traición o vergüenza pública. Padre, pon el óleo de tu Espíritu Santo en todos estos modelos de mis antepasados y sana todo recuerdo de dolor. Padre, perdona a toda la gente que les causó daño. Haz que todo mi linaje conozca modelos de justicia, condiciones de vida sana, suficiente comida, suficiente dinero, comida, seguridad y calor. 
...lo que el Señor te exige: tan sólo que practiques la justicia, que sepas amar y te portes humildemente con tu Dios”   (Mi. 6, 8) 
SIRVIENDO A UN SOLO DIOS: Ahora rechazo las idolatrías de las generaciones. Corto los vínculos que conecta y me atan a esos tipos de idolatría de mis parientes en épocas pasadas. Rechazo los ídolos de mi hogar:  joyas, formas de transporte, comida, bebida, títulos, tierras, animales y posesiones de toda clase. Padre, perdona todo esto. Hago una santa elección para mi árbol genealógico: “solo serviremos a un solo Dios, al Dios vivo”. 
... digan hoy mismo a quiénes servirán... por mi parte, yo y los míos, serviremos a Yahvé”  (Jos. 24, 15) 
EL DOLOR DE SER DIFERENTES: Renuncio a todos los efectos por ser diferente que estén grabados en mi herencia. Tomo la autoridad sobre todos los efectos de color de los ojos, de la piel, del tamaño, del cuerpo y los talentos. Corto la transmisión del sufrimiento por tener diferentes idiomas, cultura, raza, color, por aquellos que han sentido que sus propios padres son feos o raros; corto la ruta del dolor transmitida por defectos visibles de nacimiento, así como también por deformidades y retrasos. Padre, las respuestas a estas y otras diferencias han podido transmitirse a través de generaciones. Por favor, Señor, cesa esta transmisión y perdona a aquellos que causaron el daño. Envía tu amor a través de las generaciones para que las toque y las sane plenamente. Gracias, Jesús. 
... me tejiste en el seno de mi madre. Te doy gracias por tantas maravillas que Tú has ejecutado; en efecto, admirables  son tus obras y mi alma bien lo sabe”  (Sal. 139, 13 – 14) 
SANANDO LA LENGUA:  Levanto mi voz para cortar la transmisión de todo problema de comunicación, dificultad para comunicarse, miedo a hablar en público, defectos en el habla y, especialmente, el tartamudeo. Gracias, Señor,  por sanar a tu gente. Me opongo a todos los medios de herir a otros verbalmente,  la mentira, la calumnia, la injuria, el rumor y el chisme; me opongo a toda blasfemia, maldad y traición por la lengua. Padre, perdona; haz que mis familiares sean gente que comunique la sanación y la santidad. Gracias, Señor. 
Anunciaré todo el día tu justicia...”   (Sal. 71, 4) 
CORTAR DE RAÍZ: Ahora corto todos los patrones de sufrimiento interminable, incluyendo la necesidad de sufrir y la necesidad de fracasar; rompo todos los caminos de sufrimiento por sentirme inútil, indigno y sin esperanza. Quito todos los patrones repetidos de sentirme descorazonado, sin raíces y de no pertenecer a nadie. Corto todas las raíces de  desesperación e indignidad, trauma emocional y parálisis. Digo “NO” a todos los patrones de rechazo, amargura, resentimiento y faltas de perdón. En nombre de Jesucristo renuncio a todos los caminos del mal, negativismo y falta de amor en mis antepasados. Señor, reclamo que quites de mi mente cualquier pensamiento obsesivo y que Tú estés dispuesto a sanar cualquier clase de vergüenza, dolor o pena, a revelar los pecados ancestrales y que Tú digas: Ahora es el momento de liberación”. 
Ya llega el hacha a la raíz de los árboles”   (Lc. 3, 9) 
Señor, reclamo que con un soplo de Tu Espíritu envíes perdón a través de todas mis generaciones. Gracias por tocar, sanar y hacerme nuevo, en Tu Nombre, Jesús. Amén.
 
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